El cuento de Juán Linares


El cuento de Juán Linares o El fracaso de las autonomías.

Ya que nadie se atreve a decirlo, lo voy a hacer yo: EL SISTEMA AUTONÓMICO QUE HEMOS IMPLANTADO ES UN FRACASO.
Está claro que el país hace agua por todos los lados. Empezaré por el sistema de «concesiones» a las autonomías, ya que es algo que parece no tener fin; todas las autonomías llevamos exigiendo más y más cada año, con pinta de no acabar nunca.
Pero independientemente de ese tema -al cual no voy a entrar- voy a echar lo que yo llamo «las cuentas de la abuela», de la manera que las cosas quedan claras y sin complicaciones.
Es más, para que todo sea aún más sencillo, voy a contarte una historia.

Esta es la historia de Juan Sancho Linares, hombre sencillo cuya única aspiración desde que tuvo uso de razón fue tener una familia numerosa como la que tuvo su madre. Con ese pensamiento en mente, durante años solo pensó en ahorrar mucho dinero para poder comprarse la casa de sus sueños. Pareja ya tenía, pues desde que era niño fué el compañero inseparable de Ester Píscore López y ahora con ya 20 años de edad sabía que era la mujer de su vida.
Con las ideas muy claras, se hizo una enorme casa, pues tenía pensado tener una gran familia. El edificio tenía tres plantas, cada una de unos 500 metros cuadrados. Pasado el tiempo y una vez construida la mansión, empezó a planear cuidadosamente como iba a organizar la casa, pues su primer hijo ya estaba en camino.
Pasaron los días, semanas, meses, años y estaba tan entregado a su trabajo que un buen día recordó asombrado que ya habían transcurrido 30 años. La monotonía y la felicidad habían ido devorando el tiempo y casi sin darse cuenta se había convertido en un bonachón hombre de pueblo, con una familia muy numerosa –
10 hijos y 3 hijas, una de ellas con sus dos nietos– y la vida resuelta y feliz.


Mas Juán se dió cuenta que casi todos los días (a pesar de la organización existente en la familia) casi siempre había problemas por cosas insignificantes, como el ir al baño, sobretodo por las mañanas, ya que en toda esa enorme casa solo había un servicio, eso si, muy completo, pero solo uno. Tal era la situación que alguno de sus hijos tenía que levantarse con un par de horas de antelación para no llegar tarde al trabajo.
Por ello, Juan decidido a solucionar el problema hizo construir otros cinco baños completos, para así tener dos por planta y que no hubiera ningún problema. Realmente fué una brillante idea ya que de la noche a la mañana se acabaron los problemas, las rencillas y las prisas que siempre había por las mañanas. Era un gasto extra, pues ahora se consumía mucha más agua en general –
aún no sabe el porqué– pero también más agua caliente, más papel higiénico, más limpieza de toallas, más corriente eléctrica y más de todo. No obstante no importaba, puesto que ahora su familia estaba mucho más feliz y avenida.
Embriagado por su éxito y su brillante idea (parece mentira que a ninguno se le hubiera ocurrido antes) decidió aplicar el mismo principio a todo, ya que si funcionaba con una cosa, debía servir para el resto. Empezó con el teléfono. Antes tenía una sola línea e iba a poner uno en cada planta, pero -que carajo!- decidió poner uno en cada habitación. Además para que nunca estuviera la línea ocupada, contrató tantas líneas telefónicas como teléfonos tenía en casa. Era un gasto importante, pero daba igual, al fin y al cabo casi todos sus hijos trabajaban ya y el tenía una holgada posición.
Aplicando el mismo principio de multiplicidad, también decidió adecuar otros 5 salones en la casa, pues habitualmente a duras penas cogían todos en el que había. Eso supuso comprarse otras 5 TV, muebles, armarios, decoración. Un gasto importante, pero le pareció una idea brillante.
Pero su mejor idea fué el poner 5 cocinas más, totalmente equipadas y aprovisionadas. Ahora el gasto era un poco excesivo y todos los hijos tuvieron que echar una mano, pero al fin y al cabio, era por el bien de la familia. A los gastos que ya tenían hubo añadir otros 5 microondas, 5 cocinas, muebles, 5 vitrocerámicas, 5 lavadoras, 5 hornos, 5 frigoríficos, etc…
También contrató a unas cuantas limpiadoras, pues no quería que su familia se cansara en exceso.
Como le gustaba hacerlo todo perfecto, también se preocupaba de tener todos los días aprovisionadas las cocinas con fruta fresca, pan, pastelitos y comida recién hecha, para que cualquier miembro de la familia, siempre que tuviera hambre no necesitase desplazarse excesivamente y además puediera elegir qué comer, a que hora o con quién, todo comodidades. Ello suponía que por las mañanas hubiera un desfile de proveedores que se ocupaban de tener las despensas llenas, retirando la comida estropeada que no se había consumido.
Fué necesario contratar más potencia eléctrica -pues el consumo de las 5 cocinas y los 5 baños hacía siempre «saltar» los plomos- y un par de cocineros y ayudantes a jornada completa que se ocupaban de tener día y noche todo a punto.
Aunque todos trabajaban en la empresa familiar de Juán, cada uno se iba al trabajo en su propio coche, de esta manera tenían más libertad e independencia. Eso suponía pagar los seguros de los 14 vehículos que tenía la familia, gasolina, mantenimientos, averías, multas, «viñetas» y demás gastos que tiene un coche, pero multiplicado por 14.
La cosa podía haber seguido así indefinidamente, pero llegó una época de gran crisis, la empresa familiar quedó bajo mínimos y los ingresos no daban para pagar ese tren de vida. Lamentablemente no podían vivir de lo ahorrado, ya que después de pagar las facturas de gastos poca cosa quedaba a final de mes. No obstante Juán encontró una solución, ¿Cual? Reducir gastos supérfluos. En vez de tener 5 cocinas usó una sola. En vez de tener tantas líneas de teléfono se quedó sólo con dos. En vez de tener cocineros y ayudantes, empezaron a hacerse su propia comida. Para ir al trabajo usaban dós o tres coches en lugar de los catorce que usaban antes. De esta manera consiguió reducir los gastos casi al mínimo y pudo salir airoso -él y toda su familia- de la situación de crisis.

Eso sí, la idea original la mantuvo y los baños se quedaron todos, ya que para tanta familia eran necesarios y no un gasto caprichoso.

(y colorín colorado…)

Esta analogía es válida para cualquier economía personal como la tuya y la mía, para cualquier familia como la de Juán y Ester y para cualquier empresa en cualquier ámbito. Por ejemplo, yo vivo con una gran familia donde tenemos muchos gastos, pero no queremos reducirlos, pues nos gusta tener 5 cocinas, 5 salones, 5 baños e ir cada uno al trabajo en un coche distinto. Voy a hacerte un resumen NO pormenorizado de los gastos de «mi familia», España:

  • 17 Presidentes De Autonomías
  • 1.600 Parlamentarios autonómicos
  • 350 Diputados En las Cortes
  • 200 Parlamentarios En Estrasburgo (con sus dietas y su séquito de ayudantes correspondiente)
  • 300 «ministros“ autonómicos
  • 9.000 alcaldes
  • 86.000 concejales
  • 200 Directores Generales
  • 2.000 asesores
  • 300.000 liberados sindicales

Deliberadamente excluyo a los funcionarios, ya que no son «chupones» o «mantenidos», si no trabajadores como cualquier otro (aunque si se unificaran los servicios que ofrecen las autonomías a los ciudadanos evidentemente se reduciría el número de funcionarios necesario para gestionar el sistema).

A todo lo anterior hay que añadir el que cada autonomía requiere su propio gobierno, cada uno con sus correspondientes locales, salas, edificios, funcionariado, ejecutivos, dietas, gastos de luz, agua, alquileres, coches oficiales, telefonía, ordenadores, reparaciones, etc, etc, etc, y sin contar tampoco con los típicos chupones ni con los corruptos habituales, pero todo ello multiplicado por 17!

¿La solución que nos proponen los gobernantes a la falta de liquidez?:

  • Rebajar el sueldo a los trabajadores (p.ej. los controladores aéreos)
  • Quitarnos 2 años de nuestra vida que legalmente nos corresponden (retrasar la jubilación)
  • Sangrar más a los funcionarios (congelación de sueldos)
  • Aumentar aún más los impuestos (I.V.A. hasta el 18%)

…y demás ideas «brillantes», aunque eso si, el sueldo y las dietas de los gobernantes que no los toque nadie.
¿Sabías que el sueldo medio en España es la mitad que en el Reino Unido? . Que en Inglaterra cobren el doble que cualquiera de nosotros creo que es bastante diferencia. En mi reciente estancia en Notthingam conocí a un camarero catalán (¡Saludos, Pedro!) que cobraba 2.500 libras (casi 3.000 euros) mensuales por trabajar 8 horas diarias de lunes a viernes en una pizzeria (Pero 8 horas de reloj, ¿Eh? No como en España, que 8h se convierten por arte de magia en 10h).

¿La solución que propone un servidor?:
Pues bien, yo propongo una cosa muy sencilla: unificar todos los servicios que ahora están multiplicados por 17 para optimizar el funcionamiento del país. No es tan difícil de entender, de hecho la mayoría de países funcionan de manera totalmente distinta a la nuestra. Míralo de esta otra manera: Estamos usando 17 baños, 17 líneas de teléfono, 17 cocinas, 17 coches, 17 cocineros, 17 […] A mi me parece totalmente lógico que en época de crisis estemos como estamos y con las arcas vacías.

¿No te gusta el sistema político que impera en España? Pues tiene fácil solución, ya que no es necesario que emprendas ninguna cruzada, ni fundes un partido político, ni gastes dinero, ni que apoyes a nadie. Simplemente NO VOTES a ningún partido, ni siquiera en blanco. Si no estás de acuerdo con el sistema establecido, no lo uses, por lo tanto, no participes en las próximas elecciones. Si participas en las próximas elecciones estás apoyando el sistema político actual, luego si no estás de acuerdo con lo que hay, se coherente contigo mismo y renuncia a participar.
Fíjate en un pequeño detalle: En unas elecciones generales una de las cosas que más remarcan los candidatos es «la participación». En muchas ocasiones los políticos prefieren que haya más participación incluso antes que ganar unas elecciones, ¿Porqué? Porque de esta manera estará legitimado todo el sistema político establecido.
Y olvídate de la salvación divina: No va a aparecer ningún partido político que nos saque las castañas del fuego, ya que todo el sistema está corrupto y quien esté integrado en el sistema político estará corrompido.
En cambio, si la participación es mínima o inexistente las elecciones dejan de tener validez.
Y aprovecho para desmentir una leyenda urbana: NO ES CIERTO QUE CUANDO NO VOTAS TU VOTO SE VA AL QUE ESTA EN EL PODER ACTUALMENTE. Yo he sido presidente de mesa y puedo hablar por propia experiencia. Lo que se SI se usan son los votos que hay registrados. Me explico; al acabar el recuento los votos en blanco o nulos se los reparten los delegados de los partidos políticos, sin más. Porque evidentemente los votos que no están no se los pueden repartir.
En las próximas elecciones NO VOY A PARTICIPAR.

ENLACES:

– Buscando alguna imagen para adornar el artículo, me encontré con el interesante blog de El Heraldo Montañés, no te lo pierdas.

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