Las apodadas Leyes Auschwitz, que fueron aprobadas el pasado 23-F, pretenden reducir la disidencia y minar la voluntad de la población
(las referencias, citadas entre paréntesis, se encuentran al final)
Hoy vamos a hablar de dos despropósitos legislativos que nadie tiene la obligación de cumplir y contra los que ya, de hecho, se están barajando querellas criminales (1). De momento la Dirección General de Policía ha emitido un acta interna recordando a los agentes que la “vacuna es un acto voluntario” (2)
Ambas leyes sirven para nublar las consecuencias de una vacuna que está provocando una nueva masacre en residencias donde se suman más de 2.747 contagiados y 930 muertos tras recibir la vacuna (3), amén de multitud de efectos secundarios adversos y negativas a vacunarse de varios colectivos (4 y 5).
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