Inventos: El motor de agua


Este perito/inventor (ya fallecido) fue el inventor del mítico «MOTOR DE AGUA», hasta que el entonces «caudillo de España» ordenó que el descubrimiento de este extremeño quedase en el olvido, tras recibir un informe desfavorable de la escuela de ingenieros.

Pese a probar y demostrar en numerosas y masivas exhibiciones públicas por toda España que su motor funcionaba con agua, la superioridad mandó ponerlo en punto muerto y olvidarse para siempre del ‘invento’ del extremeño Arturo Estévez Varela. La orden, al parecer, llegó de la más alta instancia, nada menos que del mismísimo general y caudillo Francisco Franco. El dictador decidió zanjar la polémica entre los que defendían la viabilidad del proyecto y los que sostenían la imposibilidad de que pudiese llevarse a la práctica. Con ese fin encargó a la Escuela de Ingenieros un informe técnico sobre el particular y a la vista del dictamen desfavorable ordenó que no se volviera hablar del asunto, porque «ya se ha hecho bastante el ridículo».

Las implacables leyes de la mecánica y la termodinámica a las que recurrieron los ingenieros desmontaron las teorías de Estévez Varela, aunque para éste no debían ser desconocidas puesto que tenía el título de perito industrial. Para los técnicos superiores el proyecto del motor de agua era materialmente imposible de poner en práctica, al menos tal como entonces se planteaba.

Para los hombres de ciencia el ingenio del extremeño era una pura superchería, uno más de los infinitos intentos por lograr el movimiento continuo o hallar la piedra filosofal. Entre el pueblo, sin embargo, se observaba como una posibilidad para acabar con la dependencia de los combustibles derivados del petróleo. Dentro del escepticismo latía la esperanza en que el motor de agua se haría realidad.

Las exitosas demostraciones que realizó por todo el país hicieron de Arturo Estévez un hombre famoso al que los medios informativos prestaban una gran atención. El extremeño fue invitado en varias ocasiones de un programa que presentaba en TVE Rafael Escamilla, conocido comentarista de motor. La prensa publicaba frecuentes entrevistas con el inventor e informaciones sobre su invento, mientras la radio, pese a que entonces apenas se ocupaba de la actualidad, también dedicaba algún tiempo a esa novedad.

Desde fuera pero también desde dentro del Palacio del Pardo se seguía con vivo interés todo lo relativo al descubrimiento que tantas expectativas suscitaba y que tal vez -¿por qué no?- podía convertir a España en potencia mundial. Desconfiado por naturaleza de lo que decían los medios su excelencia pidió a los Ingenieros Industriales que le aclarasen las ideas y sobre el pronunciamiento técnico no dudó en fusilar el invento.

Su ‘invento’, que tanto interés despertó en su momento, es actualmente objeto de investigación por la Universidad de Minnesota y el Instituto de Ciencia Weizmann, en Israel, según la revista NewScientist.

Como era de suponer y se predecía en el reportaje el ‘padre’ del motor de agua no ha vivido para enterarse de la noticia de que su idea parece que está siendo tomada en serio y estudiada a fondo su viabilidad. En efecto, en Sevilla donde residió la mayor parte de su vida murió hace ocho o nueve años Arturo Rufino Estévez Varela -ese es su nombre completo-, nacido en Valle de la Serena el 31 de julio de 1914.

Lo confirma su paisano Diego Godoy Vances: «Aunque hacía tiempo que no teníamos contactos, sé que murió bastante mayor en Sevilla, donde tenía su casa en el número 9 de la calle Harinas. Tenía hijas, creo que dos aunque no lo puedo precisar», comenta Godoy.

Hasta sus apariciones en la televisión y en los periódicos en el pueblo pocos se acordaban de Arturo Estévez, de ahí que sorprendiera las constantes referencias que éste hacía a su lugar de nacimiento en las entrevistas que se le hacían. Había pasado mucho tiempo desde que abandonó el Valle por motivos de estudios. Pero hurgando en la memoria se supo que tan famoso personaje era el hijo de Balbino Estévez, natural de Llerena, quien en los primeros años del siglo XX llega al pueblo como mecánico montador de la fábrica de harinas, aunque otros cronistas afirman que trabajó como técnico en las minas de wolframio San Nicolás existente en este pueblo.

Como muestra de gratitud por la publicidad que Arturo Estévez hacía de Valle de la Serena, y ante las posibles ventajas que pudiera obtener la localidad en caso de prosperar el motor de agua, el por entonces alcalde, Pedro Martínez Cortés, invitó al inventor a visitar el pueblo.Arturo en la presentación del Valle de la Serena

Arturo Estévez acepta gustoso el ofrecimiento y el 10 de mayo de 1970 regresa a su pueblo natal. Fue un día memorable, domingo por más señas, pues «los mayores que recuerden esa jornada la asimilarán a una de las de mayor solemnidad y esplendor vividas en esta localidad», relata Diego Godoy.

Desde el Ayuntamiento se había animado a los vecinos a dar el recibimiento que merecía tan ilustre personaje. Pocos faltaron, e incluso de localidades vecinas fueron muchos los que se desplazarían, para ver de cerca al hombre que podía cambiar el mundo con su invento.

Con algún retraso sobre la hora anunciada, las 9.30 de la mañana, hizo su entrada en Valle de la Serena Arturo Estévez acompañado de su esposa, María Tejerina Junquera. El vecindario que abarrotaba la plaza y los alrededores le aguardaba expectante.

Tras el protocolario recibimiento y la misa de rigor, el ilustre visitante y la comitiva se trasladaron al local de la ‘Era’ donde el inventor iba a pronunciar una conferencia sobre las misiones espaciales de la NASA. Al final se le ofreció un banquete.

Para corresponder a la acogida que había tenido Estévez anunció que la primera prueba de su invento tendría lugar en Valle de la Serena en la fecha que oportunamente se anunciaría. Desde numerosos puntos de España y del extranjero se recibieron peticiones para poder asistir al acontecimiento.

Tras algunos aplazamientos, Estévez comunica que la gala de presentación del motor de agua se llevaría a cabo en dos días. La precipitación impidió que pudieran asistir los numerosos interesados en presenciar la puesta en marcha.

Fue también un domingo, el 29 de abril de 1971 cuando miles de ojos, entre asombrados y expectantes, vieron sobre un estrado un pequeño motor de explosión al que se le había adoptado una especie de globo y un reducido recipiente en su interior. En él se vertió un litro de agua de la que previamente había bebido un niño.

Tras algunas manipulaciones y de algunas intermitentes explosiones el motor se puso en marcha. El inventor acercó su nariz al tubo de escape y aspiró el gas que salía para exclamar ante la sobrecogida concurrencia: ¡Oxígeno!.

Muy probablemente, a estas alturas Arturo Estévez Varela, no vivirá para leer la información de la revista NewScientist según la cual investigadores israelíes y norteamericanos llevan a cabo un proyecto conjunto para hacer realidad el revolucionario invento que el inventor extremeño ideó hace ya más de tres décadas. El ‘motor de agua’, que entonces parecía imposible que pudiera funcionar y fue acogido con desdén y escepticismo, no parece ahora una utopía y ya empieza a verse factible.

Pese a las numerosas pruebas que realizó por toda España ante auditorios repletos de personas Estévez no logró vencer los recelos de los científicos y técnicos. Pocos de los entendidos en la materia admitían que un motor que utilizaba agua, a la que se añadía un producto nunca revelado, pudiera servir de combustible y ser capaz de producir la energía suficiente para poner en movimiento un vehículo.

Pero lo cierto es que el motor se ponía en marcha en cuantas exhibiciones realizó para demostrar la viabilidad del invento. Su creador, nacido en Valle de la Serena en 1914, alcanzó la notoriedad y se hizo popular entre la gente llana. La mayoría pensaba que el motor de agua era técnicamente viable, pero el poderoso ‘lobby’ del petróleo impidió su desarrollo.

Entre las muchas teorías que, en su momento, circularon sobre el tema una de ellas era que la patente del motor de agua le fue comprada al inventor y arrinconada ante la amenaza que suponía para un sistema basado en el ‘oro negro’ que mueve dinero a raudales.

¿Verdad o mentira? No se sabe. Pero sí es cierto que en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria no existe referencia alguna al ‘motor de agua’ de Arturo Estévez. Entre los registros sí aparecen algunas versiones parecidas, pero no se corresponden con la del inventor extremeño.

Tras un período de gran actividad con presentaciones por toda España y frecuente aparición en los periódicos, Arturo Estévez desapareció de la escena pública y nada ha vuelto a saberse de él porque nadie ha vuelto a ocuparse del tema que durante mucho tiempo estuvo en candelero.

Arturo Estévez realizó estudios de peritaje mercantil, fue jefe de taller mecánico y jefe de fábrica, entre otras ocupaciones. Pero lo que realmente le atraía era la invención, a la que se dedicó por entero durante unos años.

Su lista de patentes comenzó en 1931 y se alargaría hasta casi el centenar en el transcurso de los años. En los certámenes internacionales que se organizan para dar a conocer los inventos Arturo Estevez llegó a conseguir dos medallas de plata. Una por un ‘purificador de gases contaminantes’ y otra por su ‘Sistema para recuperación de helicópteros en caso de avería’ por el que, al parecer, se interesó a la NASA.

Su creación estrella, el ‘motor de agua’, lejos de enriquecerle, le supuso enormes gastos que, en su momento, cifró, en 9 millones de pesetas. Su idea de mover un motor a base de agua corriente era considerada absurda por imposible.

Su creador, sin embargo, demostraría una y otra vez la efectividad de su artilugio. En realidad, como insistía en precisar, no se trataba de un motor de agua, sino de un generador de hidrógeno a partir del agua que se suministraba junto con un reactivo cuya composición Estevez nunca reveló.

Según afirmaba, con dos litros y medio de agua y un kilo de su «producto secreto» se conseguían tres metros cúbicos de hidrógeno. «Es decir, tantas calorías como las que producen nueve litros de gasolina de 96 octanos. Pero mi hidrógeno cuesta menos de diez pesetas», declaraba Arturo Estévez en una entrevista.

Con ese combustible el inventor circuló con una motocicleta, a la que se le había sustituido el depósito de gasolina por el generador, en la prueba que durante dos horas se realizó en la plaza de España de Sevilla. Numerosas personas fueron testigos de que «aquello tiraba».

Tres décadas después, ni tan siquiera su viuda e hijos tienen los planos del motor que pudo revolucionar la industria del automóvil. El propio Estévez era consciente de que su invento “sería un perjuicio económico para todos”,  por lo que prefirió “estudiar la solución utilizando motores convencionales”, según sus propias palabras.

En la actualidad no existe rastro de ninguna de las máquinas que Arturo Estevez fabricó y todo apunta a que fueron olvidadas y destruidas con el paso de los años. Según fuentes de la familia, tan sólo sobrevivieron algunos planos originales y un documento notarial, ahora en manos privadas.

FUENTES:

Diario HOY

Revista digital LITTERA

La página de Rafael Palacios

La ciencia de la mula Francis

Se estafa a los españoles en la Cumbre del Clima 2009 Copenhague

FICHA
La idea de motores propulsados por hidrógeno no es nueva. Existen proyectos como los de Millenium, una compañía dedicada al desarrollo de sistemas de energía en base al hidrógeno.Pero también la industria automotriz trabaja sobre esta idea. La compañía japonesa Samsung, por ejemplo, diseñó un prototipo de una motocicleta en base a este concepto.

Contrariamente, la firma DaimlerChrysler decidió suspender un proyecto en 2003 argumentando dificultades para dar la infraestructura necesitaría a este automóvil en un ambiente eficiente y ecológico, según dijo. La compañía indicó que prefiere concentrar sus esfuerzos en automóviles que funcionen con hidrógeno comprimido porque ya hay estaciones de abastecimiento de este gas en algunas partes del mundo.

Se sabe también que la compañía estadounidense PowerBall Technologies espera conseguir una máquina que vaya alimentándose de hidrógeno liberado de un tanque de agua gracias a unas pelotitas plásticas cargadas con sodio.

La empresa israelí Engineuity promete tener un prototipo en tres años cuyos costos de funcionamiento serán comparables a los de un automóvil cuyo motor funciona con combustible convencional derivado del petróleo. Lo que hay que hacer es cambiar el combustible, por la necesidad ambiental de reducir los gases de efecto invernadero y el agotamiento que va ocurriendo con el petróleo y el gas natural.

17 comentarios en «Inventos: El motor de agua»

  1. Yo soy nieta de don arturo estevez varela, mi madre es hija de su primer matrimonio, marina estevez estuñiga, vive en madrid, mis tios, hermanos de mi madre, murieron. Quisiera saber mas de los ultimos años de mi abuelo, y de la otra familia q formo, creo q en sevilla.
    Gracias.

    1. Este es un mensaje para Rate This:
      Llevo un tiempo buscando a la familia de Don Arturo Estevez Varela, y por fin este verano la encontré entre Sevilla y Malaga. Si quieres mas informacion mi correo electronico es este (haz clic)

      1. Hola, Antonio.
        He editado el mensaje para que no apareciera directamente tu correo electrónico, puesto que si no vas a recibir mucho correo basura, espero que no te importe. Para ver tu correo solo es necesario hacer clic con el ratón. Muchas gracias por la información, esperemos que el mensaje le llegue a Gema. De todas maneras voy a enviarle un correo electrónico.

    2. yo tambien soy nieto de arturo estevez varela, por lo tanto somos primos, mi padre era francisco estevez estuñiga, y tambien me gustaria encontrar algunas respuestas, yo creo que no conoci a tu madre pero de pequeño estuve en madrid en casa de algun familiar porque tengo una foto, creo que tu madre y mi padre no se llevaron demasiado bien, es entendible conociendo a mi padre

    3. Mi nombre es Juan Antonio Ríos Carratalá. Soy catedrático de la UA. Estoy escribiendo un libro sobre tu abuelo. Me gustaría entrar en contacto contigo. Mi email es ja.rios@ua.es. Quedo a tu disposición. Saludos.

  2. Yo también quisiera saber algo más de los años en que pareció desaparecer. Soy hijo de Pedro Martínez Cortés, alcalde de Valle de la Serena en los tiempos en que se realizaron las demostraciones. Al parecer, mi padre y Arturo tuvieron una relación que no se limitó a unas invitaciones y unos actos, si no de amistad, que se vio expresada cuando Arturo se convirtió en el padrino de uno de sus hijos. Mi nombre completo es Francisco Javier Arturo Martínez del Hoyo, y siempre me he sentido orgulloso de ser el ahijado de quien pudo haber cambiado con su creación el rumbo de la economía y la ciencia.

    Saludos

  3. Amigos:

    A los infractores de voicotear los motores electricos y agua deben ser declarados traidores y enemigos de la humanidad ,del mundo entero y responsables del calentamiento global de la tierra.

    Atentamente;

    Pablo Timmermann Luque

  4. Parece ser que la patente del motor de agua la compró Radio Television Española (RTVE) y la guardó en un cajón en el olvido.

  5. Me llamo inmaculada estevez rayo, mi padre se llamaba francisco estevez estruñiga,pero no se nada mas dèl, se casocon mi adre, y despues marchò, y nunca mas se supo mas de èl, pero ni siquiera se separaron oficialmente, y me gustarìa saber algo d mis orìgenes por parte paterna.

  6. ya ves, jaja leyendo sobre el tema, me he informado y resulta que Arturo Estévez Varela es mi bisabuelo, jeje ya q soy el nieto de Julio Estévez…. me gustaría saber mas de este señor, que por lo visto fue una persona muy interesante… mi correro es ignacioestevez1@hotmail.es

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