Comencemos con los hechos. Si vives en España y tienes un local con música, es más que probable que te encuentres pagando religiosamente a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). De hecho también es más que probable que si no es la SGAE pagues a alguna otra de las entidades que se encargan de administrar los derechos de autor, pero por norma es casi siempre la SGAE la que se lleva la mayor parte del pastel.
Lo habitual es que por el mero hecho de tener música amplificada ya te pasen un recibo que (hasta ahora) no puedes negarte a pagar, puesto que la todopoderosa SGAE entiende que toda, absolutamente TODA la música que se comercializa en España pertenece a su catálogo de autores. En la práctica «sobreentienden» que si posees cualquier aparato reproductor, vas a poner música de su catálogo. Da igual que les asegures de palabra que no vas a poner música y se negarán en redondo a escucharte, alegando que toda la música que se comercializa en España pertenece a su catálogo. Si además te rebelas te demandarán y tendrás que ir a juicio, juicio por otra parte que perderás, ya que aunque parezca increíble, la ley les apoya en el 99% de las ocasiones.
Al menos hasta ahora, porque con la llegada de Internet y la comunicación más directa entre los seres humanos a nivel mundial, el panorama ha cambiado totalmente. Cualquiera se puede dar cuenta de ello, cualquiera menos la SGAE, naturalmente. Su «norte» apunta en otra dirección.
Desde este humilde blog te voy a proporcionar algunas ideas legales para librarte de este impuesto privado, ya que no es en absoluto un pago obligatorio, puesto que hay MILES de autores y artistas que no buscan dinero (al menos inmediato) por su trabajo. El origen de este artículo es echar una mano a Alfonso (espero que te sirva de ayuda), que tiene algunos problemillas con los señores encargados de recaudar gestionar los derechos de autor. Para ello he resumido en cuatro sencillos pasos las acciones que yo mismo he seguido para lograrlo (ojo al dato, porque actitudes como esta en unos pocos miles de personas, son las que pueden hacer temblar los cimientos en los que se basa toda la parafernalia musical actual). Como información adicional he creído conveniente exponer al final del artículo las «9 cosas que deberías saber sobre la SGAE«.